Fuerza bruta

Esta semana hemos tenido un pequeño percance con la llave para las cuñas: montando una rama, al apretar una de las cuñas, la llave se partió. Es la única llave que tenemos para las cuñas pequenas, y justo en ese momento era imprescindible para el trabajo en el que estábamos inmersos, puesto que no cabía una de las cuñas grandes.

Fue duro ver cómo la llave se partía como si fuese de mantequilla, quedando dentro de la cuña un pequeño trocito de metal que la inutilizaba. En ese momento de desesperación, apareció nuestro vecino de enfrente. Sabemos que es bastante manitas y al comentarle la película, cogió la llave y una cuña para tomar las medidas. A los 15 minutos volvió con el problema solucionado.

Más vale maña que fuerza y… ¡vivan los buenos vecinos de barrio!