Pensar antes de hacer

Las ganas de hacer y de experimentar nos llevan a lanzarnos a lo loco, dispuestos a que surjan retos que resolver durante el proceso. Pero hay veces que aparecen problemas que podías haber previsto y haber sabido lo que iba a suceder si nos hubiésemos parado a pensar un poco…

Mik Baro apareció por el taller para terminar un trabajo que llevaba a medias con Oky Von Stoky. Parecía una cosa sencilla: hacer una serigrafía sobre una impresión digital. Hasta ahí todo bien, pero la tinta debía ser dorada, por lo que la tinta al disolvente era la más adecuada, ya que es un dorado mucho más brillante que la de la tinta al agua. Y aquí empiezan los problemas. Cómo no hemos caído en que la tinta al disolvente diluye el toner!!!

La primera impresión sale perfecta, pero a medida que el pigmento de la impresión digital obtura la pantalla en aquellos lugares donde la tinta serigráfica se superpone a la impresión digital, el dibujo que debería estamparse va desapareciendo y el resultado es una mala impresión. El trabajo tiene que salir sí o sí, por lo que, además de limpiar la pantalla cada 8 o 10 impresiones y descargar el toner que se pegaba a la pantalla sobre un papel blanco de vez en cuando,  la solución es dar una segunda pasada, una vez que la tinta de la primera estaba seca y cuidando al máximo el resgistro para que la estampa no salga movida.

Al final conseguimos un buen resultado y así quedaron estos cartelazos para The Kaisers

El maestro Mik, como siempre, hace una descripción perfecta de lo que fué todo el proceso en su blog.